Desde su vuelta el argentino no paró de cosechar buenos resultados y se perfila para recuperar el terreno perdido.
El retorno de Juan Martín Del Potro al circuito luego de la operación en la muñeca derecha que lo tuvo parado durante casi todo el 2010, se produjo a fines del año pasado en el ATP 250 de Bangkok. En su vuelta, como se podía prever, se lo vio falto de ritmo y sin la eficacia que suele tener tanto desde su servicio como con su drive, sus dos armas predilectas para desequilibrar hasta la mejor defensa. En aquel partido el
argentino cayó ante el belga Olivier Rochus por 7-6 y 6-4.
El tandilense cerró el 2010 en el ATP 500 de Tokio, en el cual había alcanzado la final el año anterior, con otra derrota en primera ronda, esta vez su verdugo fue el español Feliciano López que lo aplastó por 6-3 y 6-0.
“Necesito más partidos para agarrar ritmo y así volver a mi mejor nivel. Creo que en un mes voy a estar mejor”, reflexionaba "Delpo" sobre su futuro.
Arrancó el 2011 y el nivel del ganador del Us Open 2009 era una incógnita, pero aquella premisa de Del Potro comenzaba a tomar forma. Volvió a ganar partidos y se quitó la espina de las dos primeras rondas del año anterior. Es cierto, en sus primeros dos torneos de esta temporada, Sydney y el Abierto de Australia, sucumbió en segunda vuelta pero consiguió un triunfo ante Feliciano López, que tres meses atrás le había dado una paliza, y volvió a jugar un Grand Slam donde perdió en cuatro sets ante el ,siempre duro, chipriota Marcos Baghdatis.
De a poquito, el lungo de 1.98 metro tomó ese ritmo que necesitaba para volver a ser aquel jugador que desde la base complicaba a sus rivales.Además se lo vio mucho más versatil jugando en la red.
Viajó a Estados Unidos y participó en tres certámenes. El primero de ellos en San José. Allí, vapuleó al australiano Lleyton Hewitt, llegó a semifinales y fue superado por el número 9 del ranking, Fernando Verdasco.
La siguiente instancia de su gira tuvo lugar en el ATP 500 de Memphis. Por segundo torneo consecutivo volvió a llegar a semis, y cayó ante Andy Roddick, 8 del escalafón mundial, quien finalmente levantó el trofeo. La recuperación de quien hoy ocupa el puesto número 90 en el circuito, comenzaba a hacerse visible. Nuevamente se colocó entre los cuatro mejores de un cuadro, otra vez sólo lo paraba un Top ten.
Delray Beach, un torneo que se juega sobre la costa este de la Florida, fue la última parada que realizó Del Potro de cara al primer Masters 1000 de la temporada. Estados Unidos es un país que al argentino le sienta bien. De echo, cuatro de los siete trofeos que había levantado en singles los conquistó en aquellas tierras, incluso su único título en dobles lo consiguió en 2007 en Indianápolis. El hombre que es dirigido por Franco Davin, estiró su buen momento, superó al local Mardy Fish sin complicaciones en semis, y en la final despachó al serbio Janko Tipsarevic y se coronó campeón sin ceder un set para llevarse su octava conquista en individuales.
En su vuelta a un Masters 1000, por lo menos desde los nombres, no tuvo partidos que en la previa resultaran accesibles: Radek Stepanek, Iván Ljubicic, Alexandr Dolgopolovy Philipp Kohlschreiber, pero que el tandilense pudo superarlos tal como un jugador que pretende estar en los primeros puestos debe hacer y nuevamente sólo fue derrotado ante un top ten:Rafael Nadal.
El argentino parece estar en el camino, ese que a tantos luego de una operación les cuesta recuperar, que hace unos años lo tenía como uno de los principales candidatos a pelear por la cima del ranking mundial. Le gana a quienes debe, pierde, por ahora, con los que tiene que perder y se dirige por el carril rápido para recuperar lo que alguna vez fue suyo.
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