El ex número 1 del mundo quiere volver a gritar come on, esta vez dentro de la corte de justicia.
El australiano Lleyton Hewitt, acostumbrado a dar batalla en las canchas de tenis, esta vez se ve obligado a combatir en otro tipo de territorio.
El ex número 1 del mundo demandó a su ex compañía de administrativa, Octagon Inc., por presuntas conductas engañosas, enriquecimiento ilícito e incompetencia en su gestión.
De todos modos, Octagon reaccionó y demandó al ex campeón de Wimbledon y el Abierto de Estados Unidos acusándolo de romper violar la Ley de Prácticas Comerciales e incumplimiento de contratos de exclusividad.
Hewitt, quien acumula más de 18 millones de dólares en premios, explicó que la compañía recibió ilegalmente $939,000 en moneda estadounidense que le pertenecían a él y no a la empresa.
Sin embargo, Octagon dice que el dinero que recibió no sólo le corresponde sino que también tiene derecho a quedarse con mayor parte de las ganancias del jugador australiano.
La empresa, como parte de la batalla judicial ha revelado las ganancias extraordinarias de Hewitt, incluidos los contratos millonarios y los patrocinios.
En un fallo, el equipo legal de Hewitt recibió la autorización para averiguar como Octagon manejaba el dinero de su cliente.
El juez de Corte Suprema de Justicia de Melbourne, Nemeer Mukhtar, también ordenó Octagon a revelar exactamente qué acuerdos firmó en su nombre, incluyendo los honorarios por cada torneo.
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