Dobletinte


El español y el británico disputaron el partido más emocionante de todo el certamen, bien temprano Ferrer le había ganado a Melzer.








El escocés Andy Murray jugó el mejor partido de su carrera sobre canchas de polvo y perdió. Es que si del otro lado de la red quien está parado es el español Rafael Nadal, jugar excelente no alcanza para salir victorioso de la cancha.
Murray llevó al número 1 del mundo a jugar, por momentos, su mejor tenis, incluso, de a ratos, fue el británico quien imponía condiciones y ponía al mallorquín a merced de su juego.
El problema es que para vencer al mejor jugador sobre canchas lentas de la última década hay que mantener una regularidad que finalmente el número 4 del mundo no tuvo, y Nadal se llevó la victoria por 6-4, 2-6 y 6-1 para acceder a su séptima final consecutiva en el Masters 1000 de Montecarlo.

Murray arrancó con un quiebre a su favor en el inicio del partido, aunque poco le duró la ventaja y Nadal se colocó 3-1 arriba.
El encuentro se mantuvo parejo, el escocés recupero su saque y se colocó 3-4.Allí se produjo el primero de varios games largos que tendría que afrontar con su servicio. Pasaron 14 minutos para que el finalista del Abierto de Australia 2011 pudiera igualar el primer parcial en cuatro. Ese octavo juego fue influyente en el rendimiento mental y físico del británico y el manacorí mantuvo su saque y posteriormente quebró el de su rival para llevarse el primer set por 6-4.

La segunda parte fue espectacular desde el rendimiento del escocés. Los largos turnos de saque por parte de Murray continuaron, el más largo duró 19 minutos; una eternidad, pero el nivel del nacido en Dunblane fue excepcional. Avasalló a Nadal. Lo hacía correr de izquierda a derecha, lo traía a la red con drops y lo obligaba, si es que el mallorquín llegaba, a volver al fondo de cancha con globos. Un recital de alta ejecución por parte del preclasificado número 3 del certamen, quien rompió el saque de su rival en tres de las cinco oportunidades que tuvo, y salvó seis de las siete chances de quiebre que dispuso el español, un especialista en ese rubro.

Finalmente Nadal sacó toda su categoría. Murray tampoco sostuvo el nivel que lo vio dominador en el segundo set. En un partido que desde el primer capitulo se anunciaba largo, el séxtuple campeón defensor en Montecarlo tenía las de ganar. El británico había consumido muchas energías durante el primer y segundo set y el mallorquín, que si algo tiene de sobra es su despliegue físico, aprovechó esa merma en su rival.
De los 38 puntos disputados, el número 1 del mundo ganó 28 y capitalizó tres de los cinco Break points que dispuso para llevarse el tercer set por 6-1 y lanzar una descarga de insultos al aire en señal de desahogo por lo que le costó sacar adelante el partido.


El escocés bien podría ser considerado como uno de los grandes ganadores de la semana en el principado. En un principio no pensaba participar del certamen monegasco y aprovechó un wild card para poder participar del torneo.
Seguramente se fue convencido que puede tener buenas actuaciones sobre canchas lentas y les dejó en claro al resto de los jugadores que no podrán confiarse cuando lo enfrenten en los tres torneos grandes que quedan sobre polvo de ladrillo.
“Creo que puedo jugar mejor. Claro que es bárbaro saber que estoy capacitado para jugar en un nivel similar al de él en polvo. Para ganarle es necesario mantener un nivel muy alto por tres horas o cuatro horas, por algo es el mejor jugador sobre esta superficie, explicó Murray. Y agregó: “Si bien estuve cerca no me puedo quedar con lo que hice hoy porque él va a ir mejorando con el correr de los partidos durante las próximas semanas”.

Mañana, Nadal y David Ferrer protagonizaran el duelo de españoles en la final de Montecarlo. En el primer turno del día el número 6 del ranking mundial despachó sin problemas al austríaco Jurgen Melzer, a quien poco le duró la alegría de haberle ganado al suizo Roger Federer el día anterior, por 6-3 y 6-2.

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