Dobletinte


Desde el retiro de Henin o desde que las hermanas Williams pasan más tiempo recuperándose de sus lesiones que dentro de la cancha el circuito femenino no encontró una jugadora que pueda imponerse claramente sobre el resto.





Juegan el mismo deporte, se ordenan por ranking y convergen en cuatro de los torneos más importantes del año. Sin embargo, las diferencias que ofrecen el circuito femenino y masculino de tenis son abismales.

Por el lado de los varones el lote que domina el circuito ATP está bien definido entre cuatro jugadores, y los candidatos a llevarse los torneos más importantes son prácticamente los mismos, y rara vez aparece alguno que puede meterse en la pelea.

Del otro lado aparece la rama femenina. Un circuito anárquico que en los últimos años no ha podido encontrar una reina dominadora que se hiciera cargo de liderar firmemente el circuito bajo el ritmo de su raqueta.

Si de entregar la corona se trata Caroline Wozniacki podría poner el grito en el cielo y mostrar que en los papeles es ella quien lidera el ranking de las mujeres. Pero hay una característica que un verdadero líder no puede dejar de tener: mentalidad ganadora. En instancias límite fue este factor el que falló en la danesa y que aún la tiene sin ganar un Grand Slam.

Pero si Wozniacki no es, todavía, esa jugadora que llega a un torneo con el mote de candidata entonces cómo no hay otra que se adueñe del primer puesto de la clasificación femenina. Simple, se trata de una cuestión de regularidad. Si el circuito es anárquico se debe a que ninguna jugadora ha demostrado mantener un nivel alto estable para pelear arriba durante la temporada.

Vale la pena revisar los nombres de las últimas ganadoras de Grand Slams para entender este factor. A principios del año pasado la belga Kim Clijters parecía la única jugadora con capacidades tenísticas y suficiente cabeza como para adueñarse del circuito femenino. Había cerrado el 2010 con su tercer US Open y arrancó el 2011 con el título en el Abierto de Australia. Sin embargo, una serie de lesiones hicieron que la número 13 del mundo, jugara poco y tuviera que cerrar su temporada en agosto sin poder defender la corona que había conseguido en el Abierto de Estados unidos durante dos años consecutivos.

Llegó el momento de Roland Garros y no había candidatas. Clijsters, finalista en 2001 y 2003, llegó al certamen con lo justo luego de una lesión que la tuvo fuera de competencia desde marzo. Francesca Schiavone había conseguido el certamen el año anterior y era la opción más firme si alguien tenía ganas de apostar algún dinero. Fue la china Li Na, que venía de sucumbir en la final del Abierto de Australia, quien se quedó con el segundo Grand Slam del año tras derrotar en la definición a la campeona defensora. La asiática se convirtió en la única representante de su país en levantar un major.

Pronto sería el turno de Wimbledon. Dicen que pasar de polvo de ladrillo a pasto es un cambio brusco, y quienes tienen buenos resultados sobre esa superficie no llegan muy lejos en la catedral. Quien mire los resultados que tienen los jugadores de la rama masculina entre el major francés y el inglés le parecerá sólo un cuento chino. Para Li Na lo único chino que tuvo esa historia fue el destino de su pasaje de avión, ya que perdió en segunda ronda y volvió a casa mucho antes de lo que su tenis le permitía.

La checa Petra Kvitova llegó al torneo con tres títulos y dos finales durante el año y se aprovechó de una María Sharapova muy errática y consiguió su primer título de elite.

Pero la presión también llegó para la checa. Luego de su conquista en Wimbledon se esperaba mucho de ella en el US Open, pero se despidió en la primera ronda del torneo ante la rumana Alexandra Dulgheru. Li Na tampoco pudo pasar su primer partido, y sin Clijsters en el cuadro neoyorquino la posibilidad de que una jugadora ganara más de un Grand Slam en el año quedaba trunca. Fue Samantha Stosur quien tras derrotar a la local Serena Williams consiguió su primer título de Grand Slam.

A diferencia de los varones donde Roger Federer, Rafael Nadal, hace varias temporadas, y Novak Djokovic que desde el año pasado se sumó al duopolio del suizo y el español en la repartija por la pelea en la rama masculina, el circuito femenino está vacante. Cuatro ganadoras diferentes en 2011 durante los cuatro torneos más importantes del año. Tres campeonas debutantes en certámenes de esta categoría: Li, Kvitova y Stosur. Ninguna domina.

Clijsters, Sharapova y Williams. El circuito WTA da grandes posibilidades de crecimiento a cualquier jugadora, y también una gran capacidad de recuperación a quienes están fuera.

La belga se retiró en 2007.Dos años más tarde, luego de ser madre, volvió y ganó tres títulos de Grand Slam, el primero de ellos al mes de su regreso. En su primera etapa sólo había ganado uno. Si una jugadora que estuvo dos años inactiva y encima estuvo embrazada vuelve a las canchas y consigue los mejores resultados de su vida demuestra que el nivel del circuito femenino es bastante flojo.

En 2008 la rusa estaba en pleno ascenso pero una lesión en su hombro derecho complicó su año, comenzó a tener malos resultados y tuvo que operarse. Estuvo diez meses sin jugar. Aún está buscando recuperar precisión con sus golpes pero alcanzó la última final de Wimbledon y se ubica en el cuarto puesto de la clasificación.

Serena Williams fue con su hermana y la belga Justin Henin, mientras estuvo en actividad, una de las últimas jugadoras que lideraban el circuito tanto en el ranking como en calidad de torneos ganados.

La menor de las hermanas es otro caso de buenos resultados inmediatamente después de una larga recuperación. Luego de ganar Wimbledon en 2010 la estadounidense estuvo más de un año fuera de las canchas. Primero se cortó un pie con un vaso de cristal en un restaurante y tuvo que pasar dos veces por el quirófano. Cuando estuvo lista para volver a competir le detectaron una embolia pulmonar, fue intervenida en el hospital. Tras su recuperación volvió a las canchas a mediados de junio y dos meses más tarde llegó a la final del US Open, todo un mérito después de una grave lesión y una enfermedad complicada.

Tres jugadoras de jerarquía que consiguieron resultados impensados e importantes luego de un tiempo fuera de los courts. Un año fuera del circuito ATP es mortal para los varones, pero en WTA volver de un parate y tener resultados exitosos en poco tiempo es posible.

Entre los hombres el caso más parecido es el del tandilense Juan Martín Del Potro, que después de una operación de muñeca y casi un año fuera de competencia volvió a jugar y completó buenas actuaciones pero aún estuvo lejos de ganar o llegar a la final de un Grand Slam como si hicieron las tres jugadoras anteriormente mencionadas, lo que deja en claro que el nivel del circuito femenino es bastante pobre.

Estos son algunos factores que hacen pensar que el circuito femenino no le pertenece a ninguna tenista. La número 1 del ranking no demuestra la posición que ocupa en la clasificación durante los torneos que realmente son importantes. Las campeonas de Grand Slam no pueden mantener consecutivamente su nivel en este tipo de torneos, y las jugadoras pueden tomarse amplias licencias sin sentirse afectadas por la falta de ritmo lógica que da la propia competencia.

Entre los hombres el panorama parece claro. Djokovic buscará seguir siendo el rey, mientras que Nadal y Federer intentarán recuperar lo que alguna vez fue suyo. Entre las mujeres, por ahora, parece que la anarquía seguirá vigente.

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