La belga superó a la danesa por 6-3 y 7-6 y jugará las semifinales del primer Grand Slam del año ante la bielorrusa Victoria Azarenka
Una sensación de justicia se vivió en la cancha Rod Laver. La victoria de la belga Kim Clijsters no sólo le permitió avanzar a semis, sino que con su triunfo por 6-3 y 7-6 desplazó a la danesa Caroline Wozniacki del primer puesto del ranking, una posición que jamás debió ocupar y que sólo alcanzó por la irregularidad del resto de las jugadoras, y desde el lunes será la tercera jugadora del escalafón.
Las intenciones de la número 14 del mundo estaban pautadas antes de comenzar a jugar.Después de doblarse el tobillo en su partido anterior no podía darse el lujo de exigir esa articulación. Tomar la iniciativa, buscar tiros ganadores; incluso desde posiciones impensadas era la fórmula a la cual apeló la campeona defensora, y su drive se encargó de concretarla durante gran parte del encuentro.
Si bien el partido arrancó con un quiebre por lado, la belga se puso al frente tras tomar el saque de su rival en el tercer game y más tarde estiró la ventaja y sirvió 5-2 para llevarse el set pero no pudo cerrarlo, y Wozniacki solo estiró su agonía porque tampoco pudo sostener su saque y el capitulo quedó en manos de la preclasificada 11 en Australia por 6-3.
La danesa tiene un juego raro. Personalmente desde nuestra redacción no sabemos bien a que juega, qué estilo tiene, cuál es su patrón. Lo que si podemos avisorar es que cada vez que enfrenta a una tenista con buenos recursos se siente perdida y no sabe como resolver el problema.Quizás simplemente no pueda, además de su cabeza que no le permite encarar el partido como una ganadora, y eso se notó mucho durante el primer set.
En la segunda manga se vio a Cljisters algo cansada. Llegó a ponerse en ventaja pero sin jugar muy bien. Sacó para partido pero algo, al igual que en el primer parcial, la atrapó y cedió su saque.Combinó muchos aciertos con errores no forzados. En el club se hubiera escuchado: Cljisters en dos o Wozniacki en tres. Seguramente sintió que si llegaba al tercer capitulo lo perdía por cuestiones físicas y no le quedó otra que arriesgar.La danesa luchó.Entre tantas malas este es un aspecto a su favor. Si bien la belga la dejó volver al partido hay que admitir que nunca bajó los brazos a pesar de ser una jugadora inferior.
En el tie-break todo estuvo muy parejo.En el 5-4 la número 11 del mundo no quiso pelotear más, se invirtió de drive y cruzó la cancha con una derecha que no volvió. Aunque se colocó con doble match point le bastó con el primero para cerrar el desempate por 7-2 y conseguir el boleto a las semis del Abierto de Australia.
En la jornada previa Martina Navratilova, ganadora de 18 Grand Slams, había dicho que Wozniacki no era una verdadera número 1 del mundo. El destino parece que la escuchó, y gracias a la belga desde la próxima semana quien se encuentre en la cima del ranking será una jugadora con mejores pergaminos que la danesa.
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